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Jean Jacques Rousseau
Su obra “El Emilio” hace referencia a la infancia principalmente, a como educar un niño, como formarlo, en este libro se marcan los alcances y límites de la niñez.
A Jean-Jacques Rousseau se le considera como el representante típico del tratamiento individual en la educación.
La razón de ser de la pedagogía, que se funda en primer lugar en las leyes psicológicas, es instaurar en la infancia el propósito de la libertad, mediante la actividad, aprender por la propia experiencia. -
Enrique Pestalozzi
En Yverdon la institución docente de Pestalozzi alcanza su plenitud y un renombre internacional. Reformador de la pedagogía tradicional, dirigió su labor hacia la educación popular. Pestalozzi indicó que sólo la educación podía realizarse conforme a una ley (armonía con la Naturaleza). De este principio se deriva la necesidad de libertad en la educación del niño; es preciso que esté libre, para que pueda actuar a su modo en contacto con todo lo que le rodea (ambiente). -
Friedrich Froebel
Acuño el término jardín de infancia para este sistema de enseñanza fundado en el juego y en el instituto de actividad que él había fundado en 1837 en Bad Blankenburg para los párvulos.
La gran visión de Friedrich Fröbel fue reconocer la importancia de la actividad del niño en sus procesos cognitivos de aprendizaje. Introdujo el concepto de "trabajo libre" (Freiarbeit) en la pedagogía y estableció el "juego" como la forma típica que la vida tiene en la infancia. -
María Montessori
Fundó la casa de los niños, “Casa dei Bambini” para niños de 3 a 7 años, desarrollo allí su método de enseñanza. Todas sus teorías se basaron en lo que observó a los pequeños hacer por su cuenta. Dice que la educación se basa en:
El amor se refiere al respeto, la libertad con responsabilidad, con límites y estructura. Valorarlo, fe, confianza, paciencia. Conocer sus necesidades. Empatía. Empezó creando el área de vida práctica (higiene y modales) devolviéndole la dignidad al niño. -
Ovidio Decroly
Fundó la casa para niños especiales Ècole de I Ermitage en un barrio de Bruselas, con su lema particular “preparar al niño para la vida, por la vida misma”.
Su propuesta pedagógica basada en el respeto por el niño y su personalidad con el objetivo de preparar a los niños para vivir en libertad. Se opuso a la disciplina rígida, apostando por crear un ambiente motivador con grupos homogéneos basados en la globalización, la observación de la naturaleza y la escuela activa.
