Edad media

Historia del vestido

  • 1500 BCE

    Antiguo Egipto

    Antiguo Egipto
    En el Antiguo Egipto se mantuvo durante quince siglos el vestido-túnica de lino, común a los dos sexos. El kalasiris, un rectángulo de tela que las mujeres llevaban pegado al cuerpo, acabando debajo de los pechos y sujeto con tirantes. El traje masculino era el shenti, una simple túnica ajustada al cuerpo que podía ir acompañada de placas doradas y collares pectorales, dependiendo del estatus del individuo. Para cubrir la cabeza, tanto hombres como mujeres llevaban el klaft,
  • 1000 BCE

    Grecia y Roma

    Grecia y Roma
    En Grecia tanto hombres como mujeres usaban el chitón, una túnica sujeta a los hombros por medio de broches y alfileres, a la que se superponía una capa llamada himation.
    Sobre esta pieza los jóvenes, especialmente los jinetes, llevaban un manto corto llamado clámide. La versión femenina era la túnica peplosque consistía en un rectángulo de tela de lana o de lino. Los romanos, por su parte, adoptaron su prenda más importante de los griegos: la toga.
  • 700

    Epoca medieval

    Epoca medieval
    Los hombres solían llevar túnicas de lino con mangas y bordes de piel, llamadas gonelle, mientras las mujeres llevaban una túnica larga decorada con bordados y que no cubría los brazos, la estola.
    A mediados del siglo VIII y hasta mitad del siglo IX el ambiento de lujo aumentó en toda Europa Occidental debido a la influencia bizantina; el Emperador Carlomagno usaba trajes de Corte muy lujosos confeccionados con ricos tejidos de seda importados del Próximo Oriente.
  • 1500

    El cuerpo esculpido

    El cuerpo esculpido
    El corsé femenino se fue haciendo cada vez más rígido, hasta convertirse en una estructura que imponía una anatomía ideal pero artificial, en contradicción con la naturaleza. El cirujano Ambroise describía así una autopsia: “Por querer mostrar un cuerpo bello y delgado apretaba sus vestimentas provocando tal presión sobre su estómago que este no podía extenderse para contener carne, y después de comer y beber se veía obligado a rechazarla y así el cuerpo no alimentado se volvió enjuto”.
  • SILUETA REVOLUCIONARIA

    SILUETA REVOLUCIONARIA
    A fines del siglo XVIII la popularización de los viajes y de las importaciones aportó a Francia - y un nuevo gusto por la campiña, la naturaleza y la simplicidad, que de cierto modo relajó la ropa de las mujeres y dio lugar a los vestidos menos estructurados lejos de los sofisticados artificios que exigían los usos de la corte de Versalles. Incluso permitió que las mujeres gozaran de una mayor movilidad en ‘paseos saludables’, aunque siempre en vestidos-cestas de donde apenas emergía el pie.