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Mi llegada a casa
No recuerdo con exactitud mi llegada a aquella humilde casa de Sodupe, un pueblo escondido entre los montes de Ubieta y Eretza. Sin embargo, lo que sí recuerdo bien es el suave tacto de las manos de mi primera dueña, un tacto cálido y agradable que recorría con cariño mi nueva cubierta y hojeaba con ilusión mis blancas páginas. Esa misma noche me hizo el gran honor de convertirme en el guardián de sus recuerdos, colocando en mí las fotos de su familia. -
Una nueva protagonista
Desde el día en el que me compraron, muchas han sido las personas que han pasado por mis páginas: tíos, hermanos, sobrinos, amigos... Mi dueña les ha ido dando a cada uno de ellos un lugar especial entre mis páginas; pero hoy, ha llegado alguien nuevo. Mi dueña acaba de tener a su primera hija, Isabel, quien, de ahora en adelante, pasará a ser la mayor protagonista de esta ilustrada historia. -
Period: to
Victoria Plágaro
Nombre de mi primera dueña -
Period: to
Isabel Yartu
Nombre de mi segunda dueña -
Cambio de escenario y un adiós muy amargo
Atrás dejamos las montañas y el pequeño pueblo para comenzar una nueva etapa en la ciudad. Ya no volveré a ver las verdes campas, ni escucharé el sonido del río al golpear con las piedras... pero, sobre todo, no volveré a sentir el tacto de mi primera dueña. Nos ha dejado a todos, incluso a mi, su más fiel amigo cuando las manos del olvido amenazaban su memoria. Solo espero que su hija me quiera tanto como lo hizo ella. -
Una nueva generación
Ya han pasado varios años desde que llegamos a la ciudad. Durante este tiempo han ocurrido infinitud de cosas. Mi nueva dueña continúa adornando mis viejas hojas con muchas fotos de ella y su familia. El problema es que cada vez me quedan menos páginas donde guardar sus recuerdos, y tengo miedo de que se deshagan de mi. Hoy les he escuchado decir que tienen que comprar un nuevo álbum donde seguir ilustrando sus vidas. Solo espero que este no sea mi fin y que continúen viajando por mis páginas. -
Period: to
Enara Duarte
Nombre de mi tercera dueña -
Continuará...
Desde hace algunos años comparto estantería con mis hermanos y hermanas, quienes, al igual que yo, están repletos de historias y momentos inolvidables. Varios de ellos son como yo, otros, en cambio, los hacen mediante un aparato que llaman ordenador, donde las instantáneas ya están adjuntas al papel. Las cosas han cambiado tanto en tan poco tiempo... pero, por suerte, mantengo la esperanza de que nunca se pierda el suave tacto de una mano ansiosa por recordar viejos tiempos.